Saturday, August 26, 2006

Noche de sapos

Malabrigo, cenizoso pueblo, espina, tuna,
retorcido, innominado arbusto arisco, verde polvo, cardenalicio cardo
achaparradas matas de baja alzada desconfiada, mezquina,
en retacón, agachadizo monte, aguaytan;
ñandubay lacoonte atormentado en denodado enero incoloro de hogueras solares
en espacio ciego gesticula.
Entre la agrietadora seca desierta, craquelada,
y la excesiva lluvia inmóvil, Malabrigo, mi pueblo, dura mudo;
salvo entrañable latir cercano de remota usina,
materno, enorme corazón nocturno, a blando ritmo
sombría lealtad durando vela,
hasta temprano olvido, apagamiento o muerte,
al comienzo de la rata tardía; y las lechuzas chistan en la medianoche
a la ventana de la fiebre;
cuando el reino canoro de los largos pantanos laterales
culmina los elogios del suntuoso sapo macho que sale a bodas y a luciérnagas...

Sale con fasto decorado en verde y rojo
y legión invisible o sumergido gregoriano coro late, inspira, bate, expira a éxtasis,
semicoros, antiestrofas modales, quejosas y tonales...
Gigantes bolsos, bocios, papadas de sonido grueso,
inflado y desinflado en celo absorto,
exhortan vasto abyecto amor, gloria del barro;
los deleitados, amorosos, somnolientos ojos
alucinados, fijos y altos cráteres
pliegan rugosos viejos párpados estúpidos, astutos
en beatitud obscena brillantes, ausentados,
amantes y pesados...
Talmúdicos salmodian, fosforecen, ácidos,
geológicos tegumentos de poros excretores,
de orín quemante, entre el terror voraz del vaho agudo,
la migratoria furia circular, ágil relámpago de los finos mosquitos;
canta fecundidad la fiesta de agua en sombra madre y luna;
y en hipnótico espacio hediondo sortilegio alternativo, brilla azules, amarillas
luciérnagas de recargado estío, de eléctrica espesura irrespirable,
en sofocado agobio, doloroso placer de charcas fermentadas
de vigorosas y nutricias nupcias, putrefacciones dulces,
coronadas con rosadas, blancas, moradas ovas en prósperos racimos
de verde azul amor luna cumplida.

César Mermet, 1967