Friday, April 22, 2005

Mermet

por Hugo Gola

Por demasiado tiempo ¡ay!, no recibí ningún indicio de la poesía de César Mermet, con quien mantuve una prolongada relación en la década del cincuenta, en la ciudad de Santa Fe. Los nuestros fueron siempre encuentros tormentosos y fecundos con un amigo entrañable que me llevaba apenas cuatro años, pero con una distancia insalvable en el conocimiento y la reflexión. Tormentosos, porque así era César. Un predicador apasionado de sus convicciones, provisto de un repertorio verbal ilimitado y envolvente, algo que también advierto ahora en sus poemas. El origen de éstos suele ser un mínimo suceso: una sandía bollando en el río, un pan, un paraíso, un nadador fugaz, mas crece luego en ramificaciones inacabadas, como si el poeta no pudiera detener la energía que impulsa su lenguaje. Teje así, en cada caso, un movimiento que no cesa y que necesita prolongar en sucesivos poemas. No me extraña entonces que su obra poética, casi totalmente inédita, escrita en un período relativamente breve -Mermet murió a los 54 años- abarque más de dos mil quinientas palabras "inacabablemente corregidas" como dice Félix della Paolera, el esforzado albacea de su obra.
Este reencuentro dichoso con us poemas me devolvió, inesperadamente, a su pasión desmesurada, a su lucidez incesante, al ritmo lejano que yacía semienterrado en algún lugar de la memoria.


(publicado junto a una selección de poemas en la revista El poeta y su trabajo/30, otoño de 2008, México, p.59)